Resumen de lo aprendido hasta el momento: cada estrella es un mundo, ergo eso (me) lo complica todo. No obstante, no hay que desesperar.
Dejando ahora de lado el estudio estadístico que permite una masiva clasificación por grupos, nos quedaremos con ese otro método que permite una criba más fina: se elige, por la razón que sea, una estrella individual, se la examina a fondo, se la compara con otras examinadas igualmente a fondo y, vistas las similitudes, se guarda en el mismo cajón con la etiqueta ‘tipo tal’ que servirá nuevamente como modelo de comparación para otras selecciones siguientes.
A poco que te descuides, crees que has llegado al tope de categorías o, al menos a ti (a mí) no te caben más … ¡ah, ese factor sorpresa!
Era predecible: es que hay muchas estrellas.
Tenemos el macrogrupo de las enanas blancas y otra vez una nueva subcategoría dentro de él, PG 1159. Pero, ¿es una subclase-subclase?
No se puede decir que las estrellas tipo PG 1159 sean enanas, lo que parece es que son pre-enanas. Lo emocionante es que son post-algo también (¿post AGB?) y a estas alturas, con tanto prefijo, es inevitable caer en la tentación.
Así, en el desconcierto, he llegado a esta astrofotografía firmada por Herbert West.

Astrofotógrafo: Herbert West
Características: https://www.astrobin.com/6odun5/
Documentalista: M. Jesús Castellote
Contrastes
Un posible título si se mostrara en una exposición: burbuja azul en cielo negro.
Un remanso de paz, hay que añadir, como interludio en ese torbellino que es eta Car.
Lees las explicaciones del autor y te enteras de que es una nebulosa planetaria, su estrella moribunda es la enana blanca WD 2333+301 (en la imagen, la central más azulada).
Piensas (yo) qué diferente de ese otro entorno de Vela donde se juntan muchas estrellas para morir. Claro que en Vela las que mueren son las gordotas y lo hacen festivamente, en una especie de aquelarre-pero-que-muy-vistoso.
Véase:

https://www.eso.org/public/images/potw2403a/
Por cierto, en una exposición serviría el título: Ruc amenazando una nave o a un elefante
Aquí no, aquí PN Jn 1, que es su nombre oficial, lo hace en soledad y hace pensar que a nuestro sol podría pasarle algo así.
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¿Cómo se vería nuestro sol desde algún exoplaneta suficientemente lejano? ¿formaría parte de un enjambre de rastros de otras estrellas moribundas, o se podría contemplar tan particular como lo creemos los terrícolas?
Ya vuelvo al camino
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PN Jn 1
Jn procede del apellido Jones de la astrónoma que la descubrió. Da la sensación de que, en un principio, había pasado desapercibida, aunque Rebecca B. Jones la había señalado en una placa en 1941 (Miller y van Dien, 1949)

y se le había comunicado a Rudolph Minkowski tal como se manifiesta en una corrección a la nota anterior (Miller y van Dien, 1949)

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Algo de contexto: ¿por qué a Minkowski?
Es posible que no sea la pregunta correcta pero es la que me hago por pura curiosidad. En aquel momento, en 1941, cuando le es notificada la detección a Minkowski, éste trabajaba o quizás ya había publicado (Minkowski, 1941) su tipología de supernovas y no sería descabellado pensar que se le habría comunicado como posible candidata a supernova … no he encontrado nada que permita comprobarlo.
Y ya que estamos, una joya: registro de observaciones durante octubre de 1604 y en enero de 1605 de la Nova Oph 1604 o supernova de Kepler (NAME Kepler SNR) donde se va describiendo su brillo comparándolo con el de otras estrellas … una delicia (Baade, 1943).

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Hablando de variedad
Si cada estrella es un mundo ¿qué decir de los tipos espectrales?
Las enanas blancas no se quedan atrás en su repertorio. La nuestra tiene asignado un DOZ.
Porque les tengo simpatía, me cuesta llamarlas degeneradas, aunque desde la Física resulte apropiado y, precisamente, la letra D se refiere a ese carácter degenerado. La O se refiere a la firma espectroscópica primaria, es decir, al elemento químico dominante en su atmósfera; en este caso HeII. Por último, la Z denota la presencia de metales (Sion et al., 1983). Con todo, es una estrella de núcleo caliente (McCook y Sion, 1999).
Las PG 1159
Esta es la denominación abreviada del grupo. El nombre oficial de la estrella de referencia es la variable V* GW Vir: “estrella degenerada pulsante extremadamente caliente” (Winget, Hansen y van Horn, 1983). Había sido descubierta en 1979 y su estudio revelaba “La presencia de dos periodos estrechamente espaciados en la curva de luz sugiere que el objeto es una estrella pulsante y no una binaria, y otras pruebas indican que es probable que PG 1159-035 esté cambiando rápidamente, posiblemente convirtiéndose en una enana blanca” (McGraw et al.).
Nuestra PN Jn 1 fue incorporada al grupo junto a otra nebulosa planetaria, PN IsWe 1, en 1990 (Schönberner y Napiwotzki).
Morfología
Aunque previamente se habían propuesto distintas clasificaciones basadas en la forma que presentaban las nebulosas planetarias, resultaban insatisfactorias para una tipología tan variada. En 1968 se presentaba una que permitía combinar las características de la estructura principal con algunas secundarias o periféricas. Se analizaron las nebulosas planetarias que recogía el catálogo PK (Perek y Kohoutek, 1967) y se establecieron los siguientes esquemas:

A PN Jn 1 se le reconoció como del tipo 3a (Kromov y Kohoutek, 1968).

Con el tiempo, la variedad de observaciones y la complejidad que presentan, se han ido realizando otros estudios que comparan las condiciones iniciales (estrellas progenitoras) con las formas de las atmósferas observadas producidas por sus estrellas centrales. Teniendo en cuenta todo esto, se han establecido otras clases (Stanghellini et al., 2002):

Así que, si, según la primera clasificación, PN Jn 1 se definía (más o menos) como ‘dos zonas con máximo brillo, simétricos respecto al núcleo pero sin forma elipsoide, con filamentos en forma de arco (cerrado o convergente)’, con esta nueva perspectiva quedaría incluida en la ‘clase elíptica’. Según los resultados de este trabajo, tanto las nebulosas planetarias circulares como las elípticas, provendrían de una progenitora menos masiva que las que generan formas bipolares, presenten éstas lóbulos o lóbulos incrustados. PN Jn 1 parece que no debe ser muy masiva.
Pero, ¿cuánto más o menos masiva que nuestro Sol? … Pues ahí está la cosa, que ya no sirve esa aproximación estadística, habría que ‘pesarla’ de forma individual con todas las complicaciones que conlleva (distancias, etc.).
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¿Distancias? ¿quién dijo distancias? … ahí está Gaia par sacarnos del apuro proporcionando datos fiables (González-Santamaría et al., 2019).
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Sobre todas estas dificultades nos habla el artículo de Romano Luigi Maria Corradi (2006) que también nos queda próximo, en el IAC-Instituto de Astrofísica de Canarias.
Datos recientes más precisos sobre su masa y alguna otra característica complementaria podemos encontrar en otro artículo de científicos cercanos (Santander-García et al., 2022)


Metáfora
Un vistazo al fondo negro (me) resulta sorprendente: 30 cuásares. Vuelvo a preguntarme si es que esa zona sólo ha sido rastreada en busca de cuásares o sí realmente se trata de un área con densidad de ellos. Seguro que vuelvo a preguntármelo.


El caso es que es un buen momento para intentar saber un poco sobre ellos.
Resulta literario que se encuentren tantas ‘cuasiestrellas’ (de ahí deriva su nombre) rodeando a una ‘cuasienana’. También que, al principio, se pensara que se trataba de estrellas muy azules con un halo tenue, porque hace caer en la cuenta que el halo azulado de esta enana central de PN Jn 1 se va atenuando en sus sucesivas muertes y resurrecciones (lo sé, pura inspiración).
Lo cierto es que no son estrellas que estén por aquí cerca, sino que son destellos de rayos muy energéticos y muy lejanos. Todavía no tengo clara la distinción sobre si son galaxias o son núcleos activos (otra denominación) de cuasigalaxias-que-no-se-sabe-del-todo.
¿Qué tienen que ver con los agujeros negros? Si no son galaxias con sus agujeros negros centrales ¿son manifestaciones de alguno de los que andan sueltos? Complicado para mí, pero sigo en ello.
Sea lo que sea, el primero en detectarse como radiofuente fue 3C 273, su nombre oficial (tiene otros 144 nombres más en otros tantos catálogos). Está identificado como objeto del tipo BL Lac.
¿Por qué no como cuásar como los de la lista anterior?
Pues por lo mismo que se comentaba al principio, cada objeto (no solo cada estrella) es un mundo y, a medida que se les va caracterizando, entran a formar parte de categorías distintas. Así, un objeto BL Lac es, junto con los cuásares, una clase de núcleo galáctivo activo, que se caracteriza por la emisión de chorros energéticos relativistas. Cuando esos chorros están apuntando a la tierra se les denomina blázares. Un objeto BL Lac viene a ser una clase de blázar, distinto de los que se denominan cuásares variables ópticamente violentos (OVV) Aunque no me quedan claras las diferencias, lo dejo aquí y me voy a por la botella de oxígeno.
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A prosósito …
Relacionando
La etiqueta 3C de ese primer cuásar indica el Tercer Catálogo de Cambridge de radiofuentes. Hoy se ha publicado una reseña de un artículo cuyo autor principal está adscrito a esa universidad. Parece que, con el JSWT, se han podido separar galaxias que, inicialmente, fueron interpretadas como una sola y, porque se ha podido ver que eran distintas y están interactuado, se está pudiendo descifrar que la luz ‘imposible’ captada es debida a la energía desprendida en el batiburrillo. ¿Puede estar pasando lo mismo en el montón de galaxias que se encuentran apiñadas en ese círculo verde señalado en nuestra foto … la luz y sus misterios.
Witten, C. et al., “Deciphering Lyman-α Emission Deep into the Epoch of Reionisation. Nature Astronomy (2024). https://doi.org/10.1038/s41550-023-02179-3
Siguiendo la vena poética
Poco a poco voy configurando el cosmos; el mío, claro.
Me imagino sentada contemplando el firmamento. Como a efectos de la Física a estas escalas da lo mismo un punto que un punto gordo, pues estoy sentada, no en la Tierra sino en el Sol, y miro a mi alrededor. Por tener una referencia, hacia el centro galáctico.
Hasta ahora veía cúmulos globulares flotando, escapando hacia arriba y hacia abajo de mi plano visual que coincide con el plano galáctico. Parece que están más concentrados hacia el centro.
Ahora puedo ver estrellas individuales que, igualmente, escapan por arriba y por abajo. No parece que están tan concentradas en el centro galáctico, así que flotan por sus alrededores. ¿Tendría que decir que huyen a toda velocidad? … Son las fugitivas o expulsadas, que tampoco me queda claro.
Del artículo:
Carretero-Castrillo, M., Ribó, M., and Paredes, J. M., “Galactic runaway O and Be stars found using Gaia DR3”, Astronomy and Astrophysics, vol. 679, 2023. doi:10.1051/0004-6361/202346613.
Para disfrutarlo y para entenderlas.
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Organismos
Centre de Données astronomiques de Strasbourg [https://cds.u-strasbg.fr/]
ESA [https://cosmos.esa.int/]
NASA [https://www.nasa.gov/]
Bases de datos
Aladin Sky Atlas [https://aladin.cds.unistra.fr/AladinLite/]
Cornell University- ArXiv [https://arxiv.org/]
ESASky: https://sky.esa.int
IRSA https://irsa.ipac.caltech.edu/
SAO/NASA Astrophysics Data System (ADS) [https://ui.adsabs.harvard.edu/]
SIMBAD Astronomic Database [http://simbad.cds.unistra.fr/simbad/]
NED (NASA/IPAC Extragalactic Database) [http://ned.ipac.caltech.edu/]
Otros recursos
IATE-European Union terminology [https://iate.europa.eu/]
SEA- Sociedad Española de Astronomía [https://www.sea-astronomia.es/glosario]
Wikipedia [https://es.wikipedia.org/]
Referencias
Baade, W., “No. 675. Nova Ophiuchi of 1604 as a supernova.”, Contributions from the Mount Wilson Observatory / Carnegie Institution of Washington, vol. 675, pp. 1–9, 1943.
Corradi, R. L. M., “Macrostructures and microstructures in planetary nebulae”, in Planetary Nebulae in our Galaxy and Beyond, 2006, vol. 234, pp. 277–284. doi:10.1017/S1743921306003097.
González-Santamaría, I., Manteiga, M., Manchado, A., Ulla, A., and Dafonte, C., “Properties of central stars of planetary nebulae with distances in Gaia DR2”, Astronomy and Astrophysics, vol. 630, 2019. doi:10.1051/0004-6361/201936162.
Kromov, G. S. and Kohoutek, L., “Morphological study of planetary nebulae. I. Observed forms of planetary nebulae.”, Bulletin of the Astronomical Institutes of Czechoslovakia, vol. 19, pp. 1–11, 1968.
McCook, G. P. and Sion, E. M., “A Catalog of Spectroscopically Identified White Dwarfs”, The Astrophysical Journal Supplement Series, vol. 121, no. 1, pp. 1–130, 1999. doi:10.1086/313186.
McGraw, J. T., Starrfield, S. G., Liebert, J., and Green, R., “PG 1159-035: a New, Hot, Non-Da[sic] Pulsating Degenerate”, in IAU Colloq. 53: White Dwarfs and Variable Degenerate Stars, 1979, p. 377. [texto no accessible]
Miller, F. D. and van Dien, E., “A Large New Planetary Nebula.”, The Astrophysical Journal, vol. 109, p. 537, 1949. doi:10.1086/145159.
Miller, F. D. and van Dien, E., “Erratum: A Large New Planetary Nebula”, The Astrophysical Journal, vol. 110, p. 104, 1949. doi:10.1086/145188.
Minkowski, R., “Spectra of Supernovae”, Publications of the Astronomical Society of the Pacific, vol. 53, no. 314, p. 224, 1941. doi:10.1086/125315.
Perek, L. and Kohoutek, L., Catalogue of Galactic Planetary Nebulae. 1967.
Santander-García, M., Jones, D., Alcolea, J., Bujarrabal, V., and Wesson, R., “The ionised and molecular mass of post-common-envelope planetary nebulae. The missing mass problem”, Astronomy and Astrophysics, vol. 658, 2022. doi:10.1051/0004-6361/202142233.
Schönberner, D. and Napiwotzki, R., “Spectroscopic investigation of old planetaries. I. Detection of two new «PG 1159» central stars.”, Astronomy and Astrophysics, vol. 231, pp. L33–L35, 1990.
Sion, E. M., Greenstein, J. L., Landstreet, J. D., Liebert, J., Shipman, H. L., and Wegner, G. A., “A proposed new white dwarf spectral classification system.”, The Astrophysical Journal, vol. 269, pp. 253–257, 1983. doi:10.1086/161036.
Stanghellini, L., Villaver, E., Manchado, A., and Guerrero, M. A., “The Correlations between Planetary Nebula Morphology and Central Star Evolution: Analysis of the Northern Galactic Sample”, The Astrophysical Journal, vol. 576, no. 1, pp. 285–293, 2002. doi:10.1086/341340.
Winget, D. E., Hansen, C. J., and van Horn, H. M., “Do pulsating PG1159-035 stars put constraints on stellar evolution?”, Nature, vol. 303, no. 5920, pp. 781–782, 1983. doi:10.1038/303781a0. [texto no accessible]