
Astrofotógrafo:
James E.
Características:
https://www.astrobin.com/full/mtv689/D/
Documentalista:
M. Jesús Castellote
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Me pareció una roca esa nube amarillenta de primer plano. De ahí … sin medida: un acantilado, el mar, las olas… y una gota de agua despedida cuando la ola impacta en la base. Un paisaje marino el que me propongo descubrir.
Su verdadera orientación respecto a nosotros sería esta:

A la vista de esta nueva distribución, el paisaje es menos terrícola y más celeste. De vuelta en Cygnus y sin esperarlo. Su localización:

La gota (buscando la estrella central)
No tiene un nombre tan fácil de recordar como la Helix de la entrada anterior pero también es una nebulosa planetaria, la PN A66 71 (también conocida por SH2-116). Eso sí, más lejana: 729 pc (2008) frente a los casi 200 de la Helix medidos en 2018. En el mismo sondeo de 2008, a ésta última se le había calculado una distancia de 159 pc.
Ya aparece en ese primer inventario de cúmulos y nebulosas planetarias elaborado por George Odgen Abell en 1955 respondiendo así al nombre PN A55 58 (Abell, 1955). Y es que, a pesar de ser tan populares sus catálogos, es imposible localizar los objetos en las dBs del CDS por la etiqueta ‘Abell’. Así, la interpretación de ese nombre sería ‘Planetary Nebula Abell 55 (año del catálogo) 58 (número en dicho catálogo) .
Volverá a aparecer en una posterior recopilación, ya más específica de nebulosas planetarias, que elaboraría en 1966, donde le daría otro número de orden, el 71, convirtiéndose así, oficialmente, en PN A66 71 y que nadie se prive de mirar esa primera (?) fotografía (Abell, 1966).

Y tratándose de nebulosas planetarias no podría faltar entre las referencias bibliográficas Noam Soker a quien ya conocimos en la serie de post-AGB. Para él, la morfología que mostrará una planetaria viene determinada por la presencia o no de estrellas compañeras.
Soker establece 4 evoluciones: progenitoras sin compañera (~10% de todas las nebulosas planetarias); progenitoras con compañera sin fase de envoltura común (11+2-3%); con compañera y habiendo pasado por la fase de envoltura común (23+11-5%) y aquellas que interactúan con compañeras subestelares (planetas y enanas marrones) que también han compartido fase de envoltura común (56+5-8%) (Soker, 1997).
Para él, las nebulosas planetarias sin compañera sería una clase especial minoritaria cuya morfología sería esférica (Soker, 2002).
¿Se cumple la predicción para PN A66 71?
Me había parado en la entrada anterior en el catálogo de objetos azules. Aquí nos encontramos con otro, el de nebulosas planetarias HASH-Hong Kong/AAO/Strasbourg Hα.
El inventario de estos objetos es importante porque permiten el estudio químico de las capas expulsadas que van a enriquecer la materia interestelar circundante. Son también importantes porque, por su luminosidad, hacen posible el cálculo de distancias y es la distancia (cuanto más precisa, mejor) la que ayudará también a distinguir la presencia de compañeras.
Este catálogo se basa en los datos Gaia DR2 y propone un método estadístico para la distinción de estos objetos que, posteriormente, pudiera aplicarse a nuevas entregas de Gaia. PN A66 71 estaba entre ellos (Chornay y Walton, 2020). De hecho, los mismos autores, consiguieron un grupo de 60 candidatas a binarias examinando aquellos datos que delataran algún tipo de variabilidad (Chornay et al., 2021) y que ampliaron con cuatro más en un estudio más reciente, esta vez con datos de Gaia DR3 (Chornay y Walton, 2022).
Entonces, ¿Se cumple la predicción para PN A66 71?
Con Gaia DR2 se ha podido comprobar que se trata, efectivamente, de una nebulosa planetaria pero, por el momento, nada se sabe de una posible binaridad.
Relación con el medio
Decir nebulosa planetaria es algo así como decir vaporizador intermitente a gran escala (me imagino yo). Los resoplidos de la estrella moribunda se topan con la resistencia del entorno, la materia interestelar, y ambas intercambian y componen nueva química, interactúan.
Como sigo en medio de esa pesadilla del negocio arrasador de las energías renovables, no me ha dado tiempo de profundizar en los estudios dedicados a estas interacciones. Me hubiera gustado hacerlo y espero tener otra oportunidad.
Me he parado un momento en un trabajo encabezado por la astrónoma española Eva Villaver del CAB. Aprovecho para felicitar a todas las astrónomas por su trabajo y por servir de modelo a las futuras.
Hablaba de su investigación y, en diciembre pasado, se publicaba otro con las primeras, nítidas, imágenes del JWST de la luz intracumular, con firma también española del IAC, de la investigadora Mireia Montes y de Ignacio Trujillo (Montes y Trujillo, 2022). Y es que el objeto del estudio del equipo de Villaver era la forma en que podía ejercer presión en el medio intracumular la expansión de una nebulosa planetaria (una post-AGB) situada en el cúmulo de galaxias de Virgo (Villaver et al., 2006).
Puede ser el comienzo de una futura gran aventura.
Mientras, para quienes puedan sentir interés, una imagen que no me resisto a presentar. ¿Cómo evolucionaría una nebulosa planetaria en movimiento interactuando con el medio a distintas velocidades y a través del tiempo?
Así:

De sus conclusiones: no difieren las características internas de una nebulosa planetaria en movimiento dentro de la galaxia de una que se mueve entre un cúmulo de ellas, solo que, conforme evolucionan, en las del entorno cumular, a causa del movimiento y aún con velocidad mínima, se destruyen las capas externas y acaban diferenciándose mucho de las nebulosas galácticas.
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¡También son revoltosillas ellas!
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Cúmulos
No son tan aparatosos como los de galaxias pero tienen su gracia (mucha). En la astrofotografía que comentamos se encuentran dos de ellos. Están muy ocultos, casi indistinguibles pero igualmente son objetivos patrios. Se trata del catalán UBC 147 (University of Barcelona Cluster) y del madrileño Villafranca O-011 (más oficialmente Cl Berkeley 90).
Se sabe que los cúmulos jóvenes son buenos trazadores para el estudio de la estructura de nuestra Vía Láctea. Me llama la atención la más reciente referencia bibliográfica de UBC 147. Junto con otros trazadores como las cefeidas clásicas y las estrellas muy próximas a su entrada en la secuencia principal, estos cúmulos han servido para dar un paso más en el modelo galáctico y concluir que se detectan anomalías en el modelo hasta ahora diseñado y que los brazos espirales van modificándose a la vista de los datos que va proporcionando Gaia, sobre todo los dinámicos, señalan (recordar ese espolón de Cepheus, por ejemplo) (Poggio et al., 2021).
¿Qué destacar de Berkeley 90?
Pues seguro que tiene muchos más encantos pero yo leo un Villafranca y me voy corriendo a mirar si contiene estrellas fugitivas.
¿Las tiene?
Es posible, hay varias candidatas (Maíz Apellániz et al., 2020) … bueno, es bastante posible que IRAS 20342+4645 lo sea (Maíz Apellániz et al., 2022).
Aquí están:

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Volviendo a los cúmulos, para hacernos una composición 3D: UBC 147 se encuentra a 2129 pc (2021) y Cl Berkeley 90 a 3025 pc (2021).
Aquí se localizan:

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Sííííí, había más
Da igual que analice una u otra astrofoto, en cuanto me pongo a hurgar termino tropezando con algo que no hubiera podido imaginar a la sola vista de la imagen. Esta vez lo más sorprendente ha sido HD 195965 … no esperaba encontrar algo así.
Se trata de una de esas estrellas despechadas o que escapan del nido, según se quiera ver. Está lejos, pero parece que nació en el cúmulo NGC 7000 (NAME Bermuda Cluster).
Ahí:

Figura 1. Vista de gran campo de la región de Cygnus (la constelación del Cisne) obtenida por el Digitized Sky Survey. Las trayectorias de las estrellas expulsadas aparecen como líneas continuas (en el sistema de referencia Galáctico) y discontinuas (en el sistema de referencia del cúmulo de las Bermudas, el cual se mueve con respecto a la Vía Láctea). El color de las trayectorias codifica el evento de expulsión: verde para el de hace 1,9 Ma, cian para el de hace 1,6 Ma y amarillo para el de hace 1,5 Ma. Los círculos huecos marcan la posición actual de las estrellas expulsadas. A la distancia del cúmulo de las Bermudas, el campo tiene un tamaño de 740 años luz. El cuadrado blanco se corresponde con la zona ampliada en la figura 2. La estrella más brillante del campo, situada justo a la derecha del cuadrado, es Deneb (α Cygni), la estrella más brillante de Cygnus.
https://cab.inta-csic.es/noticias/la-fuga-de-las-bermudas-un-cumulo-estelar-se-queda-huerfano-al-expulsar-a-sus-estrellas-masivas/49/
¿Cómo se sabe?
Se eligen dos estrellas cuyos movimientos propios y situación cumplen previamente una serie de requisitos que las hacen candidatas a haber tenido un mismo punto de origen, se calculan sus trayectorias a lo largo de un tiempo determinado (en este caso 2,5 Ma) y se comprueba si han coincidido en algún momento en el mismo sitio. Estas trayectorias vienen dadas por las coordenadas: x apuntando a centro galáctico, y hacia la dirección de rotación y z de la dirección vertical hacia el norte.
Se produjeron 3 eventos, tal como dice el pie de foto. Nuestra estrella fue expulsada durante el que tuvo lugar hace 1,6 Ma (hace nada, prácticamente).
Esto es de mi cosecha:
Si se trata de un fenómeno habitual, ampliando la distancia y el tiempo transcurrido se podrían localizar todas las estrellas emparentadas. Sin embargo, ¿es eso posible? Las estrellas masivas duran poco así que seguirles la pista es difícil y, a medida que entran en secuencia principal, supongo que se hace más difícil distinguirlas ¿van frenando?
Seguiré almacenando información
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Ha sido un paisaje gratamente sorprendente.
Aquí sus localizaciones:

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A propósito …
Los hombrecillos verdes existen
Creo que tratan de comunicarse conmigo. ¡Ríete de los púlsares de Jocelyn Bell! estos son mucho más desarrollados, me mandan ondas (como no entiendo, no sé de qué parte del espectro) y me hacen ver visiones de todo tipo: veo gatos, perros, medusas, incluso poetas vagando por esos cielos … eso sí, todavía no he visto patos y eso que me he movido por el cisne y debería … pero no.
… no se si debería preocuparme mi neurona.
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Organismos
Centre de Données astronomiques de Strasbourg [https://cds.u-strasbg.fr/]
ESA [https://cosmos.esa.int/]
NASA [https://www.nasa.gov/]
Bases de datos
Aladin Sky Atlas [https://aladin.cds.unistra.fr/AladinLite/]
Cornell University- ArXiv [https://arxiv.org/]
ESASky: https://sky.esa.int
IRSA https://irsa.ipac.caltech.edu/
SAO/NASA Astrophysics Data System (ADS) [https://ui.adsabs.harvard.edu/]
SIMBAD Astronomic Database [http://simbad.cds.unistra.fr/simbad/]
NED (NASA/IPAC Extragalactic Database) [http://ned.ipac.caltech.edu/]
Otros recursos
IATE-European Union terminology [https://iate.europa.eu/]
SEA- Sociedad Española de Astronomía [https://www.sea-astronomia.es/glosario]
Wikipedia [https://es.wikipedia.org/]
Referencias
Abell, G. O., “Globular Clusters and Planetary Nebulae Discovered on the National Geographic Society-Palomar Observatory Sky Survey”, Publications of the Astronomical Society of the Pacific, vol. 67, no. 397, pp. 258–261, 1955. doi:10.1086/126815.
Abell, G. O., “Properties of Some Old Planetary Nebulae”, The Astrophysical Journal, vol. 144, p. 259, 1966. doi:10.1086/148602.
Chornay, N. and Walton, N. A., “Searching for central stars of planetary nebulae in Gaia DR2”, Astronomy and Astrophysics, vol. 638, 2020. doi:10.1051/0004-6361/202037554.
Chornay, N. and Walton, N. A., “New Close Binary Central Stars of Planetary Nebulae from Gaia DR3 Epoch Photometry”, Research Notes of the American Astronomical Society, vol. 6, no. 9, 2022. doi:10.3847/2515-5172/ac8e6c.
Chornay, N., Walton, N. A., Jones, D., Boffin, H. M. J., Rejkuba, M., and Wesson, R., “Towards a more complete sample of binary central stars of planetary nebulae with Gaia”, Astronomy and Astrophysics, vol. 648, 2021. doi:10.1051/0004-6361/202140288.
Kohoutek, L., “Version 2000 of the Catalogue of Galactic Planetary Nebulae”, Astronomy and Astrophysics, vol. 378, pp. 843–846, 2001. doi:10.1051/0004-6361:20011162.
Maíz Apellániz, J., Crespo Bellido, P., Barbá, R. H., Fernández Aranda, R., and Sota, A., “The Villafranca catalog of Galactic OB groups. I. Systems with O2-O3.5 stars”, Astronomy and Astrophysics, vol. 643, 2020. doi:10.1051/0004-6361/202038228.
Maíz Apellániz, J. et al., “The Villafranca catalog of Galactic OB groups. II. From Gaia DR2 to EDR3 and ten new systems with O stars”, Astronomy and Astrophysics, vol. 657, 2022. doi:10.1051/0004-6361/202142364.
Montes, M. and Trujillo, I., “A New Era of Intracluster Light Studies with JWST”, The Astrophysical Journal, vol. 940, no. 2, 2022. doi:10.3847/2041-8213/ac98c5.
Poggio, E. et al., “Galactic spiral structure revealed by Gaia EDR3”, Astronomy and Astrophysics, vol. 651, 2021. doi:10.1051/0004-6361/202140687.
Soker, N., “Properties That Cannot Be Explained by the Progenitors of Planetary Nebulae”, The Astrophysical Journal Supplement Series, vol. 112, no. 2, pp. 487–505, 1997. doi:10.1086/313040.
Soker, N., “Spherical planetary nebulae”, Astronomy and Astrophysics, vol. 386, pp. 885–890, 2002. doi:10.1051/0004-6361:20020317.
Villaver, E., Manchado, A., García-Segura, G., and Stanghellini, L., “How Planetary Nebulae Shells Interact with their Local Environement”, in Planetary Nebulae in our Galaxy and Beyond, 2006, vol. 234, pp. 333–336. doi:10.1017/S1743921306003176.