
Astrofotógrafo: Christoph Lichtblau
Características: https://www.astrobin.com/vwwzyg/
Documentalista: M. Jesús Castellote
___________________________________________________________________________________________________________________
Hay nombres de estrellas que resultan más familiares que otras. Supongo que se debe a que, por sus características, se prestan más a ser titulares destacados en la prensa de divulgación y eso permite que vayamos incorporándolas a nuestro propio universo.
Pero η Car no siempre ha destacado en el star system. Durante mucho tiempo se empeñó en enmascarar su presencia camuflándose en una variabilidad tan extrema que, dependiendo del momento en que se observaba, se localizaba o no.
Que esté rodeada de tanta nebulosidad ha complicado mucho las observaciones. Por otra parte, la distinción entre sus componentes en la bibliografía, al menos la inicial, hace complicado identificar cuando se están refiriendo a la nebulosa Keyhole de Herschel, a la propia nebulosa de Carina, al cúmulo del que forma parte, a NGC 3372 o al objeto conocido como Homunculus Nebula.
La forma oficial en que está clasificado en Simbad es:

1843
Si 1054 es la fecha vinculada a la nebulosa del Cangrejo, eta Carinae tiene la suya: 1843. Registros de la época señalan que alcanzó un brillo de magnitud -1 (equiparable a Sirio). Los anteriores parece que se deben a Halley que le estimó una magnitud cuarta en 1677 y a Lacaille que en 1751 la catalogó como de segunda (Burbidge, 1962).
Aunque hay seguimientos anteriores de su variabilidad, se podría decir que, atraídos por la nebulosidad que la rodea, los primeros estudios específicos se deben al astrónomo británico Andrew David Thackeray en su recopilación de estrellas variables (Thackeray, 1950) y al más exhaustivo realizado por el argentino Enrique Gaviola (Gaviola, 1950) (Gaviola, 1953).
Lo cierto es que, después de ese máximo de 1843, su brillo fue disminuyendo constantemente hasta una magnitud de 7,5 en 1860. Todas estas oscilaciones no parecían dejar claro de qué tipo de estrella se trataba. Algo de consenso sí había: mostraba capas que se expandían y debía ser masiva. Se pueden seguir algunas de las interpretaciones en el artículo de Burbidge antes mencionado.
_____________
Curiosidad: de seguir esctrictamente la bibliografía recogida en Simbad con respecto a eta Carinae, solo cabría añadir que, a partir de estos dos estudios, se la empieza a mirar con más interés. En concreto Thackeray publica varios estudios sobre su espectro y peculiaridades que lo convertirían en un especialista de referencia.
Sin embargo echo de menos en esa recopilación bibliográfica artículos publicados entre 1850, fecha de inicio de fechas que recoge Simbad, y 1960. Da la impresión de que, por la razón que sea, se ha desestimado, u olvidado, una parte importante de la historia de *eta Car. Señalaré solo dos publicaciones que no se nombran en la dB Simbad: la tesis de Bartholomeus Jan Bok que estaba centrada precisamente en eta Car (Bok, 1932) y un artículo de Livio Gratton, del mismo observatorio de La Plata donde había trabajado Gaviola (Gratton, 1955).
Ambos autores coinciden en la excepcionalidad del objeto.
Bok, aparte de destacar su importancia para el estudio de la estructura galáctica de la vía Láctea, señala literalmente “… ha tenido una historia muy variada, totalmente diferente a la de cualquier otra estrella”.
Gratton va más allá: “… los fenómenos de η Car son de un tipo completamente nuevo y diferente de todo lo que hasta ahora se conoce, tanto por su escala colosal como por su naturaleza, en forma tal que parece natural preguntarse si η Car puede considerarse una «estrella» en el sentido ordinario de la palabra”.
Lo dejo así por ahora y sigo con lo investigado con posterioridad a esos dos que sí registra Simbad como los primeros, los de Thackeray y Gaviola.
_____________
Un poco de orden
El caos estaba asegurado. Tantas referencias y tantos nombres de objetos para una misma zona que, al menos en los inicios, no se podían distinguir, es un poco desesperante y eso de lanzarme sin red lo he hecho en otras ocasiones, pero reconozco que la bibliografía de eta Car intimida, crece a cada intervalo de consulta, por corto que sea.
Pensé que quizás pudiera encontrar momentos clave en los que fijarme. Una manera de conseguirlo es contabilizando los artículos publicados en un periodo. Lo he probado dividiéndolo en décadas y después en quinquenios. Hay saltos, sí, pero ninguna pista de por qué, en determinados momentos, se incrementan las publicaciones.
¿Inspiración? … nada … más desesperación.
¡A saco, pues!
Enfoques
No siempre pasa, pero ha pasado con ella.
A medida que se va encontrando información, te vas percatando de que se repiten distintas formas de estudiarla, así que he dejado de lado lo que había trabajado y me estoy dedicando a clasificar la bibliografía … será un camino más largo, pero …
¿Se podrá aplicar el mismo esquema a otras estrellas? … hasta ahora no había caído en la cuenta.
Estoy restringiendo la información a la que se refiere estrictamente a eta Carinae y, por si alguien se anima por su cuenta y quiere adelantar trabajo, se repiten cuatro perspectivas: los centrados en la propia estrella, los que la estudian en su entorno inmediato, los que la comparan con otras estrellas peculiares y un cuatro grupo más amplio de sondeos generales en los que se la incluye.
En este último cajón de sastre, que no sé si al final descartaré, hay que destacar aquellas investigaciones que tienen relación con la estructura galáctica.
Es verdad que estos trabajos resultan un poco monótonos, pero tienen la ventaja de dar tiempo para reflexionar e ir componiendo un esquema que al final facilita mucho las cosas.
Dos (que a mí me parecen) joyas
De camino, dos pausas. Se trata de dos artículos muy recomendables que resumen, para el momento en que fueron escritos, los avances en el estudio de la estructura galáctica, uno (Bok, 1968) y sobre la aplicación de los análisis de infrarrojo, otro (Stein, 1975).
El análisis de esta estrella requerirá un poco más de paciencia. ¡A ver con qué nos sorprende!
a propósito …
En Gaza no hay observatorios astronómicos.
________________________________________________________________________________________________________________________
Organismos
Centre de Données astronomiques de Strasbourg [https://cds.u-strasbg.fr/]
ESA [https://cosmos.esa.int/]
NASA [https://www.nasa.gov/]
Bases de datos
Aladin Sky Atlas [https://aladin.cds.unistra.fr/AladinLite/]
Cornell University- ArXiv [https://arxiv.org/]
ESASky: https://sky.esa.int
IRSA https://irsa.ipac.caltech.edu/
SAO/NASA Astrophysics Data System (ADS) [https://ui.adsabs.harvard.edu/]
SIMBAD Astronomic Database [http://simbad.cds.unistra.fr/simbad/]
NED (NASA/IPAC Extragalactic Database) [http://ned.ipac.caltech.edu/]
Otros recursos
IATE-European Union terminology [https://iate.europa.eu/]
SEA- Sociedad Española de Astronomía [https://www.sea-astronomia.es/glosario]
Wikipedia [https://es.wikipedia.org/]
Referencias
Bok, B. J., “A study of the η Carinae Region”, PhDT, 1932.
Bok, B. J., “Some Trends in Galactic Research”, Publications of the Astronomical Society of the Pacific, vol. 80, no. 476, p. 501, 1968. doi:10.1086/128671.
Burbidge, G. R., “A Speculation Concerning the Evolutionary State of Eta Carinae.”, The Astrophysical Journal, vol. 136, p. 304, 1962. doi:10.1086/147376.
Gaviola, E., “Eta Carinae. I. The Nebulosity.”, The Astrophysical Journal, vol. 111, p. 408, 1950. doi:10.1086/145274.
Gaviola, E., “Eta Carinae. II. The Spectrum.”, The Astrophysical Journal, vol. 118, p. 234, 1953. doi:10.1086/145746.
Gratton, L., “Algunas Consideraciones Sobre Eta Carinae”, Revista de la Unión Matemática Argentina y de la Asociación Física Argentina, vol. 17, pp. 79–90, 1955.
Stein, W. A., “Recent revelations of infrared astronomy.”, Publications of the Astronomical Society of the Pacific, vol. 87, pp. 5–16, 1975. doi:10.1086/129720.
Thackeray, A. D., “Some southern stars involved in nebulosity”, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, vol. 110, p. 524, 1950. doi:10.1093/mnras/110.6.524.